Cuando se descubre una miopía hay que distinguir si se trata de una miopía estable o de una miopía progresiva o proceso de miopización en el cual se va a producir un crecimiento a lo largo de tiempo del tamaño del ojo en su eje anteroposterior por encima de los valores normales. La miopía fácilmente tiende a progresar independientemente de patrones genéticos. Lo importante a tener en cuenta que no es lo mismo tener una o dos drioptrías de miopía que es prácticamente un ojo normal a todos los niveles, que desarrollar a lo largo de la vida una miopía más allá de 4 o 5 dioptrías, en cuyo caso la persona tiene mayor riesgo de desarrollar patologías de cierta importancia a partir de los 45 o 50 años como por ejemplo: glaucoma, cataratas, degeneración macular, desprendimiento de la retina. Todo esto es más frecuente cuanto mayor sea el número de dioptrías puesto que el ojo se ha alargado más en el eje anteroposterior tan solo a nivel de la esclera externa, lo que produce un estiramiento de las estructuras interiores.
Para entender lo que es una miopía en general y por lo tanto un proceso de miopización habría que retrotraernos en el tiempo. En el momento del nacimiento el ojo suele tener una media de tres dioptrías de hipermetropía por lo que es más pequeño y más corto de lo normal, y la imagen se va a enfocar siempre por detrás de la retina. La naturaleza es muy sabia y ha desarrollado un mecanismo, que se ha denominado emetropización activa, que sirve para alcanzar la dioptría 0 al final del crecimiento del ojo entre los 5 y 7 años. Esto significa que se tienen que poner de acuerdo el tamaño del ojo y su longitud axial con la curvatura de la córnea, que es muy variable en el momento del nacimiento, con un error por debajo de las 10/20 micras.
¿Cómo se produce? Si fuera simplemente un control genético el que produce esos cambios sería muy difícil realmente que al final tuviéramos dioptría 0. El mecanismo que hace que al final, en esos 7 años, tengamos dioptría cero es porque la imagen que se proyecta sobre la retina al estar desenfocada produce la activación de unas neuronas especiales que se llaman amacrinas. Estas células, que están alrededor de la mácula, secretan neurotransmisores que alcanzan el tejido escleral, que es la capa externa, y allí van a producir que los fibroblastos produzcan más tejido escleral. Y así el ojo se va elongando poco a poco. A medida que el ojo se va haciendo más largo el desenfoque de la imagen es cada vez más pequeño, hasta que llegamos alrededor de los 5 a 7 años en que se alcanza la dioptría 0. A partir de ese momento se inhibe el crecimiento del ojo ya que la imagen sobre la retina está completamente enfocada. Ese es el mecanismo natural que nos ha permitido a la mayoría de las personas que no tengan que utilizar gafas para enfocar de lejos.
¿Qué ocurre con la escolarización? A partir de los siete años empezamos la lecto escritura de una manera ya muy importante. Muchas horas a lo largo del día, escribimos, leemos, trabajamos con el ordenador y entonces se produce un fenómeno muy curioso, y es que se reactiva el crecimiento del ojo más allá de la dioptría cero debido a que se produce un desenfoque hipermetrópico solo en la visión de cerca. Por lo tanto se vuelve a activar el mismo mecanismo natural de crecimiento que se había detenido, y ese sobrecrecimiento del ojo más allá de la dioptría 0 es a lo que le vamos a llamar miopía.
¿Qué pasa con un niño con media dioptría negativa? Si lee de cerca lo ve todo perfectamente enfocado porque en el fondo es un mecanismo de adaptación a la visión próxima. Pero cuando levanta la vista lo ve todo desenfocado, hay mala visión de lejos. Entonces lo que ocurre normalmente es que vamos al óptico, o al optometrista, o al oftalmólogo, y se le pone un vidrio del negativo delante y lo ve todo nítido. Y entonces recetamos unas gafas para que pueda ver nítidamente.
¿Qué es lo que hemos hecho? Pues simplemente solucionarle el problema de lejos pero no hemos hecho nada con respecto al mecanismo que originó la miopía, sino más bien todo lo contrario, pues es el vidrio negativo colocado delante del ojo le va a provocar un mayor desenfoque hipermetrópico sobre la retina en trabajo de cerca y eso, sin quererlo evidentemente, nos va a inducir un aumento a esa tendencia del crecimiento del ojo y por tanto de la miopía. Esta es la razón por la que muchos pacientes empiezan, cuando se les pone un vidrio negativo de miopía, una carrera entre el profesional y el ojo haber quien corre más, y así asistimos como va aumentando progresivamente la miopía.
¿Cuándo se detiene ese crecimiento? Cuando los fibroblastos de la esclera se vuelven prácticamente refractarios a los estímulos de los neurotransmisores, es decir por mucha concentración de neurotransmisor que se produzca a nivel de la esclera estas células dejan de producir tejido escleral, y es así como se detiene el crecimiento del ojo, no por el uso de corrección óptica en gafas.
Hemos desarrollado una técnica para el control de la miopía apoyándonos en un proyecto previo de la NASA para solucionar procesos de miopización en astronautas, que nos ha permitido conseguir no sólo detener el crecimiento del ojo sino incluso poder compensar una parte de esas dioptrías pérdidas.
Sabemos que cuando ponemos un vidrio negativo delante del ojo al producir mayor desenfoque a nivel de la retina este ojo se va a elongarse y generar miopía. Vimos que había un comportamiento diferente de la miopía cuando la lente estaba separada de la córnea (vidrio corrector) que cuando la lente estaba colocada encima de la córnea (lente de contacto).
En primer lugar, la imagen se proyecta sobre la mácula con un menor desenfoque hipermetrópico alrededor de la mácula y eso genera mucha mayor nitidez de la imagen pero también que las células amacrinas que están situadas alrededor de la mácula están menos estimuladas con el uso de lentillas que con el uso de gafas. En segundo lugar, las lentes de las gafas están fijas mientras que la lentilla siempre está centrada con respecto al posicionamiento del ojo. Resulta que cuando el miope trabaja de cerca produce una convergencia ocular y los vidrios fijos inducen un efecto prismático contrario al que nos interesa normalmente por el hecho de que un vidrio negativo son dos prismas unidos por el vértice. Eso genera en muchas ocasiones forias o supresiones. Siempre el ojo dominante está enfocando a la imagen y el ojo no dominante es suprimido. Esa supresión también nos puede ayudar a que aumente el número de dioptrías por otro mecanismo bien conocido.
La técnica que utilizamos es el biofeedback auditivo. Es un sistema instrumentalizado que envía al interior del ojo un haz de luz infrarroja que rebota en el interior de la retina y vuelve con una información. Esa información nos está hablando del flujo sanguíneo a nivel de la coroides y del plano de enfoque. Esta información, por un traductor, es convertida en una frecuencia de sonido de tal manera que el niño cuando se pone delante del aparato, lo único que tiene que hacer es contemplar una letra y el terapeuta le dice que intentando enfocar la letra lo más claramente posible, procure que un sonido que oirá de fondo vaya con la mayor frecuencia posible. El niño al principio no sabe qué hacer y simplemente enfoca la letra, pero haciendo algo con el ojo que no sabe lo que es la frecuencia del sonido va subiendo y a medida que va pasando el tiempo tiene mayor capacidad de subir esa frecuencia.
El paciente no sabe lo que hace pero lo que sucede es que lleva al ojo a su mejor situación para tener la mayor actividad neuronal posible a nivel de la mácula.
A base de repeticiones el niño maestríza el tener esa frecuencia alta de sonido, y a base de sesiones hay una mejor respuesta, cada vez más activa, más rápida y se crea una huella central donde se automatiza esta alta frecuencia de sonido. Esto en la práctica consiste en que el niño en vez de enfocar por delante del plano de enfoque que es lo que hace en condiciones normales el miope, poco a poco va llevando el plano de enfoque hacia atrás de una manera automática sin tener conciencia de ello. Y hasta que se encuentra cómodo enfocando por detrás del plan enfoque. Al llevar el plano de enfoque hacia atrás estamos eliminando uno de los factores más importantes de la miopización que precisamente es, el desenfoque hipermétropico en visión de cerca. Si juntamos este aprendizaje (porque se trata de un aprendizaje) con el uso de lentes de contacto, tenemos dos herramientas muy importantes a la hora de frenar el crecimiento del ojo que se complementan.
En la práctica vamos a hacer un proceso escalonado y progresivo donde a medida que va ganando calidad de agudeza visual se va disminuyendo la potencia de la lentilla y esto va a hacer que al final de la terapia, pueda tener una agudeza visual mejor que con la que inició, una media de una dioptría menos de la que inició la terapia. Esto nos permite mantener en el tiempo esa ganancia.